Cuántos cielos revela la Biblia según la Reina Valera

La Biblia es un libro sagrado que contiene enseñanzas, relatos y promesas divinas para la humanidad. A lo largo de sus páginas, se pueden encontrar referencias a diferentes cielos. Según la versión de la Reina Valera, la Biblia menciona tres cielos distintos. Estos cielos son más que simples elementos físicos, son una invitación a conectarnos con lo trascendental, a descubrir el poder y la grandeza de Dios. En este artículo, exploraremos cuántos cielos revela la Biblia según la Reina Valera y cómo estos cielos nos invitan a buscar una relación íntima con lo divino.

La contemplación de los cielos ha sido una práctica ancestral que ha llevado a la humanidad a preguntarse sobre su origen y a buscar respuestas más allá de lo terrenal. La Biblia, al mencionar los distintos cielos, ofrece una perspectiva espiritual y trascendental que nos ayuda a comprender nuestra posición en el universo y nuestro propósito como seres humanos.

El primer cielo: el espacio atmosférico terrestre

El primer cielo mencionado en la Biblia según la Reina Valera se refiere al espacio atmosférico terrestre. Este es el cielo más cercano a nosotros, el que vemos todos los días cuando levantamos la vista hacia arriba. En Génesis 1:8, se menciona: "Y llamó Dios a la expansión Cielos". Este pasaje hace referencia al primer acto creativo de Dios al separar las aguas de la tierra de las aguas del cielo.

Este cielo terrestre está lleno de maravillas y belleza. Es el hogar de las nubes, los rayos del sol, las aves que surcan los cielos y las estrellas que iluminan nuestras noches. Al contemplar este primer cielo, somos testigos de la majestuosidad y el cuidado de Dios hacia su creación terrenal. Nos recuerda que no estamos solos en este mundo, que hay un Ser superior que gobierna sobre todo lo que existe.

En este primer cielo, podemos encontrar una conexión entre lo natural y lo sobrenatural. La presencia de Dios se manifiesta en cada detalle de la creación, desde el canto de los pájaros hasta el movimiento de las nubes. Al contemplar este cielo, somos invitados a adorar a un Dios que es digno de alabanza y reconocimiento por su creación.

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El poder creativo de Dios en el primer cielo

La Biblia nos revela el poder creativo de Dios a través de la existencia del primer cielo. En Génesis 1:14-15, se menciona: "Dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos"; y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche." Esto nos muestra que Dios es el autor de la luz y la oscuridad, el que estableció los ciclos naturales que rigen nuestra existencia.

Además, en el libro de Salmos 19:1 se afirma: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos." Este versículo nos invita a observar el primer cielo como un testimonio vibrante del poder y la grandeza del Creador. Cada día, las maravillas del cielo nos recuerdan que somos parte de un plan divino y que estamos llamados a vivir de acuerdo a principios superiores.

El primer cielo también nos enseña sobre la fidelidad y el cuidado de Dios. En Isaías 40:26 se dice: "Alzad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas: él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará." Este versículo nos muestra que Dios conoce cada detalle de su creación, desde el más pequeño insecto hasta la más grande galaxia. Si Dios tiene el poder para cuidar y sostener todo lo que existe en el primer cielo, ¿cuánto más cuidará de nosotros, sus hijos amados?

El segundo cielo: el espacio sideral con astros y estrellas

El segundo cielo mencionado en la Biblia según la Reina Valera se refiere al espacio sideral, donde se encuentran los astros, las estrellas y otros cuerpos celestes. Este espacio en el universo es vasto y enigmático, lleno de maravillas que desafían nuestra comprensión. En Génesis 1:14, se menciona: "Dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche."

Este segundo cielo nos invita a maravillarnos y admirar la inmensidad del universo. Las estrellas que vemos en la noche son solo una pequeña muestra de toda la grandeza que existe en el espacio sideral. Nos recuerdan que somos parte de algo mucho más grande y nos invitan a reflexionar sobre nuestra posición en el universo.

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En el segundo cielo, encontramos una conexión entre lo físico y lo espiritual. En Salmos 8:3-4, se afirma: "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?" Este pasaje nos muestra la humildad que debemos tener al contemplar la grandeza del segundo cielo. Nos recuerda que, a pesar de nuestro pequeño tamaño en el universo, somos valiosos y amados por Dios.

La adoración y humildad que inspira el segundo cielo

El segundo cielo nos invita a adorar y a reconocer la grandeza de Dios. En Salmos 147:4 se afirma: "El cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres." Este versículo nos muestra que Dios tiene un control absoluto sobre el segundo cielo, conoce cada estrella por su nombre y tiene un plan para cada una de ellas. Al contemplar el cielo estrellado, somos invitados a rendirle adoración a un Dios que tiene poder y autoridad sobre todo lo que existe.

El segundo cielo también nos enseña sobre la humildad. En Job 38:32 se menciona: "¿Haces tú salir a su tiempo las estrellas, y guías a la Osa Mayor y a sus hijos?" Este pasaje nos muestra la limitación humana y la necesidad de reconocer que hay cosas que van más allá de nuestra comprensión. El segundo cielo nos recuerda que hay un orden establecido en el universo y que es a través de la humildad que podemos acercarnos a Dios y buscar su sabiduría.

Además de la adoración y la humildad, el segundo cielo también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia existencia. En Jeremías 31:37 se dice: "Así dice Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé todo el linaje de Israel por todo lo que hicieron." Este versículo nos muestra que, al contemplar el cielo, podemos encontrar respuestas sobre nuestra propia identidad y llamado en el mundo. Nos recuerda que somos parte de un plan divino y que nuestra existencia tiene un propósito único y valioso.

El tercer cielo: el cielo espiritual donde reside la presencia de Dios

El tercer cielo mencionado en la Biblia según la Reina Valera se refiere al cielo espiritual, el lugar donde reside la presencia de Dios. Este cielo trasciende lo físico y lo terrenal, es el lugar de mayor importancia y relevancia para la humanidad. En 2 Corintios 12:1-2, el apóstol Pablo hace referencia a este cielo cuando dice: "Ciertamente, no me conviene gloriarme; porque vendré a visiones y a revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo."

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El tercer cielo nos revela la trascendencia de Dios y su deseo de tener una relación cercana con la humanidad. En Efesios 1:3 se menciona: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo." Este pasaje nos muestra que, a través de la fe en Cristo, podemos acceder al tercer cielo y experimentar la plenitud de las bendiciones espirituales que Dios tiene preparadas para nosotros.

En este tercer cielo, encontramos la gloria y la presencia de Dios. En Apocalipsis 21:3 se afirma: "He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios." Este versículo nos muestra que el tercer cielo es el lugar donde se cumplirá la promesa divina de estar en comunión directa con Dios. Es un lugar de gozo, paz y adoración eterna.

La búsqueda de una relación íntima con Dios en el tercer cielo

El tercer cielo nos invita a buscar una relación íntima con Dios. En Mateo 6:10, Jesús enseña a sus discípulos a orar diciendo: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." Este pasaje nos muestra que la voluntad de Dios debe ser buscada y aceptada también en la tierra, así como se cumple en el tercer cielo. Es un llamado a vivir de acuerdo a los principios divinos y a buscar una relación íntima con Dios en nuestro diario vivir.

El tercer cielo también nos muestra que nuestro verdadero hogar no está en este mundo terrenal, sino en la presencia de Dios. En Filipenses 3:20 se menciona: "Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo." Este versículo nos recuerda que somos ciudadanos del tercer cielo, llamados a vivir de acuerdo a los valores y principios establecidos por Dios. Nos invita a trascender lo terrenal y a buscar una vida que refleje la gloria y la presencia de Dios en cada área de nuestra existencia.

Por último, el tercer cielo nos enseña sobre la esperanza que tenemos como creyentes. En 1 Tesalonicenses 4:17 se menciona: "Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor." Este pasaje nos muestra que, al final de nuestra vida terrenal, seremos llevados al tercer cielo para estar eternamente con Dios. Nos recuerda que nuestra esperanza no está en este mundo, sino en la promesa de una vida eterna en la presencia de Dios.

Conclusion

La Biblia, según la versión de la Reina Valera, revela tres cielos distintos. El primero es el espacio atmosférico terrestre, el segundo es el espacio sideral con astros y estrellas, y el tercero es el cielo espiritual donde reside la presencia de Dios. Estos cielos nos invitan a contemplar la grandeza y el poder de Dios como Creador, a adorarle y buscar una relación íntima con Él.

Al observar el primer cielo, somos testigos del poder creativo de Dios y su cuidado hacia su creación terrenal. Nos invita a reconocer la fidelidad y el amor de Dios en nuestra vida diaria. El segundo cielo nos desafía a maravillarnos y reflexionar sobre nuestra posición en el universo. Nos invita a adorar a un Dios que tiene poder y autoridad sobre todo lo que existe. El tercer cielo nos revela la trascendencia de Dios y su deseo de tener una relación cercana con nosotros. Nos invita a buscar una vida que refleje la gloria y la presencia de Dios en cada área de nuestra existencia.

En definitiva, los cielos revelados en la Biblia según la Reina Valera nos invitan a mirar más allá de lo físico, a buscar respuestas más allá de lo terrenal. Nos desafían a buscar una conexión con lo divino, a vivir de acuerdo a los principios establecidos por Dios y a tener una esperanza eterna en la presencia de Dios. Que cada vez que miremos a los cielos, recordemos la grandeza de Dios y busquemos su guía en nuestra vida diaria.