Qué dice 1 Tesalonicenses 5:23 sobre la Santificación Completa

El libro de 1 Tesalonicenses es una de las epístolas más importantes escritas por el apóstol Pablo. En este libro, Pablo aborda temas relevantes para la vida y la fe de los creyentes en Tesalónica, y proporciona instrucciones prácticas para vivir en santidad y fidelidad a Dios.

Una de las enseñanzas clave en 1 Tesalonicenses es la importancia de la santificación completa, es decir, la transformación total del creyente en cuerpo, alma y espíritu. En el versículo 23 del capítulo 5, Pablo expresa su deseo de que los creyentes en Tesalónica sean completamente santificados, preservados irreprensibles en la venida de nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué dice 1 Tesalonicenses 5:23 sobre la Santificación Completa?

En 1 Tesalonicenses 5:23, Pablo escribe: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (RV60). Este versículo nos muestra la importancia de la santificación completa en la vida de un creyente.

Santificación en el cuerpo

La santificación en el cuerpo es un aspecto fundamental de la santificación completa. El cuerpo es el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20), y debemos honrar a Dios con nuestro cuerpo. La santificación en el cuerpo implica mantenernos alejados de la inmoralidad sexual, la glotonería y el abuso de sustancias. Debemos cuidar de nuestro cuerpo, mantenerlo saludable y utilizarlo para glorificar a Dios en todo momento.

La Biblia nos exhorta a presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (Romanos 12:1). Esto significa que debemos ofrecer nuestros cuerpos a Dios como un acto de adoración, sometiéndonos a Su voluntad y viviendo de acuerdo con Sus mandamientos.

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Además, Pablo nos insta a evitar cualquier forma de inmoralidad sexual, ya que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. En 1 Corintios 6:18-20 podemos leer: "Huid de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera del cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios" (NVI).

Santificación en el alma

La santificación en el alma implica la renovación de nuestra mente y emociones de acuerdo con la voluntad de Dios. Nuestro alma comprende nuestro intelecto, nuestras emociones y nuestra voluntad. Esta área de nuestra vida también necesita ser transformada por el poder purificador del Espíritu Santo.

En Romanos 12:2, Pablo nos exhorta a no conformarnos a este mundo, sino a ser transformados mediante la renovación de nuestra mente. Esto implica abandonar los pensamientos y comportamientos mundanos y permitir que la Palabra de Dios moldee nuestras actitudes y pensamientos. La renovación de la mente implica meditar en la Palabra de Dios, llenarnos de enseñanza bíblica y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en todas nuestras decisiones y acciones.

Además, la santificación en el alma también incluye el control de nuestras emociones. La Biblia nos enseña a no dejarnos llevar por la ira, la amargura o el resentimiento, sino a perdonar a aquellos que nos han ofendido (Efesios 4:31-32). También debemos cultivar el fruto del Espíritu, que incluye el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la fe, la mansedumbre y el dominio propio (Gálatas 5:22-23). Estas cualidades deben ser evidentes en nuestras vidas a medida que el Espíritu Santo nos transforma desde adentro hacia afuera.

Santificación en el espíritu

La santificación en el espíritu se refiere a la transformación y crecimiento espiritual del creyente. El espíritu es el aspecto más profundo de nuestra existencia, es la parte de nosotros que se conecta directamente con Dios. A través del nuevo nacimiento, cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, nuestro espíritu es regenerado por el Espíritu Santo.

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La santificación en el espíritu implica crecer en nuestra relación con Dios, desarrollando una vida de oración, estudio de la Palabra y comunión con el Espíritu Santo. Debemos buscar continuamente llenarnos del Espíritu Santo y permitir que Él nos guíe en todas nuestras decisiones y acciones.

En Galatas 5:16-17, Pablo nos insta a caminar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne. Esto implica dejar que el Espíritu Santo nos guíe y someter nuestras vidas a Su dirección. A medida que crecemos en la santificación en el espíritu, desarrollamos una mayor sensibilidad hacia la voz de Dios y experimentamos una comunión más profunda con Él.

Conclusion

En 1 Tesalonicenses 5:23, Pablo nos recuerda la importancia de la santificación completa en la vida del creyente. Esto implica la transformación total de nuestro cuerpo, alma y espíritu, siendo preservados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

La santificación completa es un proceso continuo en la vida del creyente, y requiere nuestra participación activa y la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Debemos esforzarnos por vivir en obediencia a Dios en todos los aspectos de nuestra vida, permitiendo que Él nos transforme y nos guíe a medida que crecemos en nuestra relación con Él.

Que podamos tomar en serio la exhortación de Pablo en 1 Tesalonicenses 5:23 y buscar la santificación completa en cuerpo, alma y espíritu. Que podamos permitir que el Espíritu Santo nos transforme y nos capacite para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Y que, en última instancia, podamos ser encontrados irreprensibles en la venida de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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